Nuestras Cabras
Sabemos que nuestros quesos son la leche… por eso ponemos especial cuidado en el nacimiento, crecimiento y bienestar de nuestras cabras.
Esta aventura comienza hace ya cinco generaciones con uno de los oficios más ancestrales, el pastoreo.
Para nosotros es muy importante conseguir la mejor leche de cabra, gracias a ella logramos ese sabor tan característico de nuestros productos.
Durante años, el excelente aroma y sabor de nuestros quesos procedía de la leche de la cabra verata, una joya de la fauna autóctona. Ahora es la leche de la cabra malagueña la que otorga las propiedades a nuestros productos. Se trata de una de las mejores razas lecheras que existen y se adapta perfectamente al clima y a las condiciones de nuestro entorno en plena ladera de La Sierra de Gredos.
El inconfundible sabor de nuestros quesos no sería posible sin una leche de máxima calidad. Por esta razón los pastores trabajan cada día para cuidar su alimentación a base de piensos naturales y fórmulas personalizadas que hacen posible la mejor materia prima.
Al son de cencerros y piquetas comenzamos esta aventura con 80 cabras y ahora nuestro sueño se ha hecho realidad con una «piara», como decimos por aquí, de casi 900. Con amplios establos y grandes corrales entre robles y canchos, las cabras disfrutan de juegos y buenas sombras.
Cada mañana y cada tarde son ordeñadas para obtener la leche más fresca que después es trasladada en camión cisterna a La Quesera de la Vera. Una vez aquí, nos ponemos manos al queso para sorprenderte cada día.
Y para completar la producción, realizamos una cuidadosa selección de otros rebaños procedentes de provincias limítrofes con Cáceres, como Ávila o Toledo. Estas ganaderías familiares son seleccionadas exhaustivamente en base a estándares de calidad, proximidad y bienestar animal, manteniendo en el tiempo esos controles y una relación muy estrecha con los cabreros.