Elaboración tradicional

Diferentes sabores y texturas pero con el mismo cariño que nos han transmitido nuestros antepasados.

Así elaboramos nuestros quesos… con la mejor materia prima y poniendo muchas ganas. El resultado, un exquisito bocado en tu paladar.

Una vez que la leche está en nuestras instalaciones, lo primero que hacemos es someterla a un proceso de higienización y depuración a través de un
laborioso centrifugado y posteriormente la conservamos en tanques de acero inoxidable a una temperatura máxima de 4 ºC.

Al día siguiente es pasteurizada y se envía a las cubas de cuajado, donde se le añade cloruro cálcico, cuajo y, dependiendo del queso que estemos elaborando, fermento y sal.

Llega el momento de separar el suero de la cuajada y tras pasar por la llenadora, el queso es moldeado pieza a pieza por las manos de nuestros maestros artesanos, manteniendo así nuestro saber hacer al modo más tradicional y garantizado la máxima calidad y frescura en cada uno de nuestros quesos.

Nuestro producto estrella, el queso fresco, tras un tiempo de reposo, ya estaría listo para envasar.

Los semicurados y curados continúan con el proceso de prensado y salado y, tras un día de oreo, pasan al secadero.

Una vez alcanzado el punto de curación deseado, procedemos a su lavado conservando su corteza natural y en el caso del semicurado al pimentón, recubriendo cada pieza con una fina capa de Pimentón de la Vera y aceite de oliva virgen, ingredientes que le dan a nuestros quesos ese sabor y aroma tan inconfundibles.

Sin conservantes ni colorantes, lavados cuidadosamente para sorprenderte y garantizando la máxima calidad a lo largo de todo el proceso de elaboración.

Sin conservantes ni colorantes, lavados cuidadosamente para sorprenderte